RELACIONES SANAS
Cuando las personas se enamoran pueden ver
en su pareja muchas cualidades positivas. Algunas ni siquiera
existen, otras se encuentran en un grado mucho menor de lo que se
valora. Sensibilidad, respeto, equidad, amabilidad, consideración,
generosidad, receptividad, confiabilidad, responsabilidad. Estas
virtudes se dan por ciertas sin ninguna o poca experiencia en la
relación con esa persona. Pero según avanza la relación y con
reiteradas decepciones, todo puede tornarse en lo contrario: la
persona que elegimos como pareja es el conjunto de todos los
defectos: insensibilidad, parcialidad, desconsideración, egoísmo,
descortesía, insensatez, irresponsabilidad.
Tanto
en una situación como en otra, lo más probable es que hayamos hecho
una composición de lugar con pocos datos, algunos erróneos y
malinterpretados. Han pasado por el filtro de nuestros prejuicios,
nuestras preconcepciones de “cómo debe ser una pareja y cómo debe
comportarse”. E incluso, “cómo debo de sentirme yo ante sus
conductas y expresiones”.
Si
bien no todo es tan simple, muchas de las discusiones en pareja
pasarían por el tema del Respeto.
Hay expresiones y conductas a las que imponemos el símbolo positivo
de Respeto y Consideración, y simbolizamos otras como falta de
respeto o incluso desprecio “Hay que tener Respeto”. Diciendo eso
parece que se ha dicho algo pero, quien tengo en frente no tiene
porqué saber qué es lo que entiendo yo ese concepto.
Bueno
es saber a qué le llamaríamos respeto y cómo poner de acuerdo a
las partes pasa por hablar de lo mismo.
Igual
que uno se puede sentir amado y aceptado por las expresiones del
otro, los mensajes que se reciben también pueden sugerir
infravaloración y desprecio.
Comentarios
Publicar un comentario