Alberto Jiménez - Sexólogo

Una más, entre tantas, estupideces que hacemos en pareja sucede en el momento en que nos juntamos con otras parejas. Si hay varias parejas heterosexuales juntas, la mayor parte de la gente suele juntarse con los de su propio sexo. Es decir, los hombres se van con los hombres y las mujeres con las mujeres. De repente, se forman dos grupos diferenciados por sexo. Los individuos que han llegado sin pareja y/o solteros suspiran aliviados. ¿Por qué? ¿Acaso creían que iban a estar en situaciones incómodas en las que las parejas se dan besitos y tú, que has llegado sola, te encuentras en una situación incómoda? Eso no ha sucedido nunca (al menos desde que tenía 16 años) en el planeta Tierra. Freepik Entiendo que los hombres se ponen a hablar cosas de hombres (fútbol, coches, trabajo,…) y las mujeres cosas de mujeres (fútbol, coches, trabajo,…). Ja. No sé si alguien pensaba que sucede algo completamente distinto en el grupo de las mujeres. Vale, vale. Algo más hay de las cosas de

“Llegar a Dios a través del sexo”, podría ser el leit motiv de algunas creencias religiosas taoistas. Un manual de esta doctrina afirmaba, en el S.II d.c., que el emperador se volvería inmortal después de mantener relaciones sexuales con más de 1200 mujeres. Por si alguien quisiera investigar más, es fácil encontrar el libro “El Tao de la Salud, el Sexo y la larga Vida” de Daniel Reid, en la web. Pero, no es este el caso, es que sólo me parecía un buen ejemplo de cómo se ha magnificado lo de tener relaciones eróticas, y no sólo en nuestro tiempo. El Trastorno de Deseo Sexual Inhibido (DSI, en adelante), es relativamente reciente en nuestra sociedad. Este término se empezó a utilizar en 1980. ¿Qué pasa? ¿Es que antes nadie tenía DSI? ¿A todo el mundo le apetecía? Pero ¿a qué se le llama tener o no tener deseo? Para entendernos, el DSI puede definirse como una disminución persistente y anómala del deseo sexual que puede afectar de forma importante a la relación íntima de la par