CADA OVEJA CON SU PAREJA

Una más, entre tantas, estupideces que hacemos en pareja sucede en el momento en que nos juntamos con otras parejas. Si hay varias parejas heterosexuales juntas, la mayor parte de la gente suele juntarse con los de su propio sexo. Es decir, los hombres se van con los hombres y las mujeres con las mujeres. De repente, se forman dos grupos diferenciados por sexo. Los individuos que han llegado sin pareja y/o solteros suspiran aliviados. ¿Por qué? ¿Acaso creían que iban a estar en situaciones incómodas en las que las parejas se dan besitos y tú, que has llegado sola, te encuentras en una situación incómoda? Eso no ha sucedido nunca (al menos desde que tenía 16 años) en el planeta Tierra.

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Entiendo que los hombres se ponen a hablar cosas de hombres (fútbol, coches, trabajo,…) y las mujeres cosas de mujeres (fútbol, coches, trabajo,…). Ja. No sé si alguien pensaba que sucede algo completamente distinto en el grupo de las mujeres. Vale, vale. Algo más hay de las cosas de casa, los niños y todo eso. Pero, en mi experiencia, no es significativo.

¿Cuál es la teoría de por qué sucede esto? Yo tengo la mía: subjetiva, personal. Es una regla social no escrita pero que todo el mundo conoce que “yo ya no estoy en el mercado del flirteo sexual” “yo ya tengo pareja” y, por tanto, “en el otro grupo no pinto nada”. Sí señores y señoras, además de los celos particulares de cada uno para evitar perder la pareja, también hay que demostrar públicamente que no se está es disposición de búsqueda de pareja o el tránsito de cambiar la que ya se tiene.