Navidades ¿Bien o en familia?

Esto es lo que hemos dicho entre amigos muchas veces y nos echamos unas risas. En otro contexto esto es un drama real de no pocas familias.


No faltará quien publique en estas fechas cosas tan obvias (al menos para mí) cómo que, ahora, en estas fechas, con tantas vacaciones y tanto ocio, toca compartir mucho tiempo con la pareja y el parejo, y no siempre para bien. Esto lleva a poner sobre la mesa las grandes diferencias que hay entre los dos, no queda más remedio que hablar de los problemas que se han ido postergando porque es que ahora no tengo tiempo, que mira como estoy de trabajo, ahora estoy inmerso en el nuevo proyecto,... 

Bien. Ya no hay excusa. Ahora toca afrontarlo y no lo tengo preparado ni asumido. Y la reacción suele ser nefasta cuando te pillan por sorpresa.
Vale. Pues manos a la obra y dale la vuelta a la tortilla. No esperes a que te pille por sorpresa nuevamente, como en verano, cuando te echaron en cara todas esas cosas que aún no se han solucionado.


Básicos a tener en cuenta.

  • Aunque sean fiestas no está justificado que te pases con el alcohol (u otras sustancias que sabes que alteran tu juicio). Mantén el consumo a raya en las situaciones en las que sabes hay posibilidad de conflicto: roces con la familia política, amigos y/o amigas que se ponen de parte de tu pareja,...
  • Ármate de paciencia. Para dos días que os juntáis al año, tienes que tener presente que los padres, cuñadas y/o amigos; te van a dar su clase magistral sobre cómo son las relaciones de pareja, cómo se educa a los hijos, el éxito laboral que tienen y lo mal que lo haces tú en cualquier área de la vida. No caigas en provocaciones etílicas o de una falta de sensibilidad congénita por su parte.
  • No alargar las sobremesas de comidas y cenas solo por el compromiso. A medida que pasa el tiempo, la gente se envalentona. Cuando se observa que no hay o no habrá un buen clima, es mejor irse a tiempo y con calma que con un portazo, dejando mal sabor de boca a todo el mundo. Mejor consensuar anticipadamente con tu pareja.
  • Quién más merece tu respeto, paciencia y amabilidad es tu pareja. No hay ninguna otra persona en el mundo por encima en consideración, salvo tú mismo/a.
  • Es la una de la tarde y dices que es de día. Si gritas, no tienes razón. Si insultas a tu pareja, no tienes razón. Si agredes en cualquier forma, dejas de tener razón.

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