Comunicación con jóvenes y adolescentes en la pandemia
Una típica frase de coach de medio pelo: Es momento de oportunidades. No hay un problema, hay una oportunidad. Pero sí. Este momento que nos ha tocado vivir, en el que te toca convivir más tiempo del habitual con tu pareja, con tus hijas. Ahora que no pueden escapar de ti es el momento. Durante el resto de tu vida ha sido un problema la comunicación: es que no tengo tiempo, es que no nos vemos casi nunca, siempre tengo mucho trabajo,... Bien, pues ahora no. Ahora tienes tiempo, no tienes trabajo y tienes a tus seres queridos al alcance de la mano.
Ahora es el momento de dedicarles tiempo, atención, cuidado. Antes bastaba con no estar por medio cuando surgen problemas, cuando haya que tomar una decisión que la tome otro; cuando haya que imponer normas, otorgar o retirar premios que le toque al otro. Pues ahora no hay excusa. Estamos ahí, por lo tanto, vamos a recordar algunas reglas básicas de la comunicación:
- Toda situación entre personas supone comunicación. No es posible no comunicar. De lo que no se habla, lo prohibido, cuando evitas un tema con monosílabos o saliendo de ese espacio está lanzando un mensaje: "No me interesa y en este tema no esperes mi ayuda".
- Cuando comunicamos no solo estamos aportando conceptos, transmitimos también emociones, sobre todo a nivel no verbal. Estamos en un momento muy especial en que hacen falta más besos, abrazos y caricias por nuestra parte porque no pueden recibir ese contacto de nadie más.
- Las personas hacemos distintas interpretaciones de lo que se supone que se está comunicando. Depende de nuestro género, edad, cultura, situación personal, antecedentes individuales. Seguimos dejando hacer cosas distintas a chicos que a chicas, horas distintas, espacios distintos. Reflexionar sobre esto.
- Reconocer las implicaciones que supone para cada uno, la responsabilidad personal y las capacidades de cada cual es puerta de entrada a la comunicación con tus hijas e hijos. Por ejemplo, una relación romántica entre jóvenes es ahora mismo un gran apoyo si no es el único para nuestra hija o hijo, dado que tiene que renunciar a otras interacciones en grupo.
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Pasos para que un proceso de comunicación vaya sobre ruedas:
- No todos los momentos y lugares son adecuados para mantener una conversación pendiente. Interrumpir una videollamada entre amigas porque "ya llevan mucho tiempo", hay tareas pendientes u otro motivo; no es el momento.
- Antes piensa "¿Qué quiero conseguir?", "¿Qué quiero decir y cómo lo voy a decir?"
- Ser consciente de mis propios filtros a la hora de enviar y recibir mensajes. De eso no quiero hablar. Mi hija no hace esas cosas. Todavía no es la edad.
- Escuchar de forma activa y con empatía. Poner toda la intención de comprender el mensaje, preguntar si no se ha entendido una parte, verbalizar partes del mensaje con tus propias palabras para que la otra persona entienda que estás siguiendo lo que dice y pueda confirmar que estás entendiendo el mensaje.
- Escucha y expresa tus propias emociones con respeto a los derechos y necesidades de la otra persona.
- Describir la situación que molesta: qué y por qué.
- Describir los efectos que tiene sobre ti.
- Expresar los sentimientos que ese comportamiento te está causando.
- Aceptar reproches, argumentos en contra, críticas de la otra parte. Incorpora estas a tu discurso. Si yo entiendo que a veces "no da tiempo a todo" pero el examen es el día 28.
- Utiliza mensajes claros, precisos, para situaciones concretas.
A ver si te acuestas pronto.Tienes que acostarte antes de las 22:00h. - Delegar responsabilidades, hacerse cargo de forma explícita de los problemas. A partir de mañana te encargas de sacar el perro por la tarde.
- Hablar en positivo. Hablar de lo que quieres que ocurra.
No quiero que vengas tarde. Me gustaría que llegaras pronto. - Ayudar a pensar buscando soluciones y en la toma de decisiones.
- Negociar para resolver los conflictos con soluciones en las que "todo el mundo gana, nadie pierde".
Muy interesante. Jolines, lo hago todo mal :)
ResponderEliminarNo lo creo. El primer paso para mejorar es ver los errores. Pero ni lo hacemos todo bien ni lo hacemos todo mal.
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