¿ABURRIMIENTO? EXPLÓRATE.
¿Qué ocurre cuando metes a alguien muchos días en casa? A mí me
ha dado por recuperar el gusto aparcado de la escritura. Pero, sin
nada que hacer te aburres. Si te aburres una distracción muy
común es masturbarse. Sí, masturbarse. Te puedes masturbar para
distraerte, por aburrimiento. Es muy lícito. También porque tengo
la oportunidad, porque tengo ese rato para mí. En el día a día
tienes muchas ocupaciones, estrés, tienes el tiempo medido y ya no
queda nada para el autoplacer. Esto es tiempo para uno y si ahora hay
algo que tenemos es tiempo. Por cierto, viene muy bien liberar
tensión cuando se tiene mucho estrés; así que no lo dejemos solo
para estos días. Te puede interesar revisar ¿Qué hacer con tu pareja confinados por el COVID19?
¿Te
acuerdas de todos esos objetivos de comienzo de año que te hacías
en Enero, sabiendo que luego no tendrías tiempo para llevarlos a
cabo y, por tanto, no tenías que esforzarte en conseguirlos? Pues,
ahora el mundo se te ha vuelta en contra y tienes todo el tiempo del
mundo.
Quiero
hacer deporte, quiero aprender un idioma, quiero aprender algo nuevo,
quiero dedicarme tiempo a mí. Dedicarse tiempo a uno mismo encaja en
el autoconocimiento, en el conocimiento del propio cuerpo. Cómo
respira, cómo se mueve, cuáles son sus tiempos, cuáles son tus
ritmos. Y eso le viene bien a la masturbación.
Porque
he empezado banalizando con
lo de masturbarse por aburrimiento (que también es muy válido) para
ir a algo más en serio.
Y es que una parte muy
importante del conocimiento
del propio cuerpo empieza por la masturbación. Experimentando,
porque lo que se hace con uno mismo no va a ningún lado. Voy a
probar, no me gusta y lo dejo. Voy a probar otra cosa, sí me gusta y
continúo.
Repito e incorporo una nueva variación. Juego. Y aprendo jugando.
Aprendo lo que me gusta y lo
que no. Aprendo si a los ritmos rápidos le van unas fantasías u
otras. Aprendo si a los lentos les va la mayor o menor lubricación.
Cómo combinan unos ritmos y otros en la misma experiencia. ¿Por
qué no variar el ritmo de los movimientos. En vez de un ritmo
mecánico (1-2-3-4-5-6), esperar un momento entre cada intervalo de
dos movimientos (1-2 / 3-4 / 5-6) ¿Es
necesario que termine en un orgasmo? Igual
no. Estoy en un momento placentero. Cuando me aburra lo dejo. Lo dejo
y lo puedo volver a retomar. Por
supuesto, los juguetes y otra parafernalia son bienvenidos. ¿Me
apetece que termine en eyaculación? ¿Por
qué
no paro la estimulación y así retraso el orgasmo? Me
paro, observo las sensaciones del cuerpo y, lo dicho, si funciona,
bien y si no, pues también. Porque solo estoy experimentando,
jugando, probando, pasando el rato, entregándome a un momento
placentero para mí.
Tanto
si no sabes por dónde empezar como si ya eres usuario/a avanzado/a,
me permito dejar un par de ejemplos a seguir. Uno para genitales
masculinos y otro para genitales femeninos. Hay
infinidad
de ejemplos. La
idea de dar solo uno es por dar un
empujón para que comience la aventura. Luego, que cada cual escoja
su camino.
Recomendaciones previas a este momento para tí. Tener a mano
lubricación extra. Revisar anillos, pulseras, uñas o cualquier otra
cosa que pueda ser molesta. Entra en situación con alguna fantasía.
Antes de pasar a los genitales acaricia, presiona, pellizca, aprieta…
las zonas alrededor de estos. Pasemos a los ejemplos.
Genitales Masculinos.
Encuentro
en uno de mis libros un
ejemplo llamado La Víbora.
Me encuentro tentado de poner
este ejemplo. Me hace mucha
gracia el título y esto es algo lúdico. Pero
lo veo muy complicado. Así que Haciendo zumo.
Deje que su mano izquierda empuje gentilmente hacia abajo la piel a
lo largo del pene flácido o en erección.
Su mano derecha debe estar colocada como si fuera a exprimir media
naranja. Concentrándose en la cabeza del pene (glande), rote los
dedos de su mano derecha, de un lado hacia otro, mientras desliza la
otra mano arriba y abajo.
Varíe la presión de su mano derecha.
Genitales Femeninos.
Aquí
vamos con el titulado Alrededor de la rosa.
Hay que darle protagonismo al clítoris y no es necesario ni
Satisfyer ni nada.
Autogestión del placer y más baratito.
Vamos a focalizar movimientos alrededor de la capucha del clítoris, justo debajo donde los labios menores emergen hacia la vulva. Empieza, deslizando la yema de su dedo medio derecho hacia arriba y hacia abajo varias veces, entre los labios menores y mayores; primero a un lado de la vulva y luego al otro.
Con
uno o dos dedos, da un masaje
lento
en círculos alrededor de la capucha del clítoris; muévete
varias veces en una dirección
y las mismas en
la contraria. Prueba a
cambiar la presión y la velocidad según se acomode a tus gustos.
Inicie
moviendo un solo dedo hacia arriba, desde la entrada de la vagina y
a lo largo de los labios menores hasta pasar la capucha del clítoris.
Repita varias veces.
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